Por perder el control, lo pierdo todo. Y vuelvo al infierno para ir a buscarte,
y vuelvo al pasado para complicarte . Santo gobierno de la pereza, está
Dionisio que no me deja, arrodillarme a los excesos de esos fantasmas
que no están presos. Porque están sueltos, en mi cabeza. Van destapando
otra cerveza. Van derrochando esa tristeza y empapándome de mis carencias.
La bala perdida que nunca encontraste está en tu cabeza, sacándote sangre.
Para tus ojos, quiero cantarte salir esta noche para emborracharme. Rendirme
al futuro que vaticinaste. Mis madrugaditas fuertes son, como para contarte.
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